A las buenas. Pues hoy quiero hablar de una Novela
Gráfica de esas que es de obligada lectura, en caso de que no quieras que en la
calle te señalen con el dedo y te miren mal. Estoy hablando de “Arrugas”, una
obra de Paco Roca (quien sin duda es uno de los mejores autores nacionales del
medio).
Este cómic fue editado por la editorial Astiberri en
Noviembre del 2007, contando ya con ni más ni menos que con la friolera cifra
de 10 ediciones (más que merecidas, todo hay que decirlo) siendo la última de
Enero del 2013.
Como mucho ya sabrán, debido a la enorme repercusión
de “Arrugas”, la trama nos presenta a un anciano el cual es ingresado en una
residencia debido a que empieza a mostrar principios de Alzheimer. Allí
empezará a relacionarse con otras personas mayores que también se encuentran
“alojados” en la residencia.
Lo primero que hay que decir es que Paco Roca es uno
de los mayores genios con los que cuenta el mundo de la Novela Gráfica
autóctona, y esta Novela Gráfica es una excelente muestra de a qué se debe ese
reconocimiento. El argumento se encuentra muy bien construido, narrando la
historia combinando más que acertadamente una variedad de registros.
El autor cuenta un relato lleno de emotividad, con
pinceladas de tristeza, pero también con muestras de compañerismo y de amor. Es
un error pensar que “Arrugas” es únicamente una historia acerca del Alzheimer y
de esa enfermedad. Si, es una parte muy importante del argumento y sirve como
arranque e hilo conductor de la historia. Es más, se trata de un tema tratado
con acierto, transmitiendo al lector una sensación de congoja ante las
vicisitudes de Emilio y su enfermedad.
Pero lo que quiero decir, es que esta obra ahonda en
mucho más. El contexto de la vida en la residencia de ancianos permite mostrar
toda una variedad de situaciones propios de la tercera edad tales como el amor
a esa edad y lo que supone envejecer junto a alguien, con la fidelidad hacia la pareja como base. No sólo eso, sino
que la amistad y lealtad entre ancianos
da buenos frutos en “Arrugas”.
Se nos muestra además todo un excelente reparto de
secundarios que da variedad a la historia, siendo de especial relevancia
Miguel, el compañero de habitación de Emilio, cuya picaresca aporta salero e
ingenio a la trama. Por supuesto, hay muchos más personajes de reparto, pero os
invito a descubrirlos por vosotros mismos. Merece la pena conocerlos a ellos y
a las características que los hacen especiales.
Un punto importante a destacar es que pese a que se
trata de un tema muy doloroso en lo que respecta tanto al propio afectado como
a sus familiares como a sus seres queridos, el autor no impregna toda la
historia con un tono pesimista (aunque algunos pasajes realmente lo son), sino
que también sabe dar vitalidad y algo de buen humor a “Arrugas”. Es todo un
acierto el no haber invadido la obra únicamente con un sentimiento negativo
perenne.
Eso sí, no es equivoquéis. Esto no es una comedia.
Es una historia desgarradora, que llega al alma y emociona al público que la
lee. No olvidemos que el Alzheimer es un asunto delicado. Leyendo esta Novela
Gráfica, es muy fácil emocionarse y sentir un nudo en la garganta, padeciendo
sentimiento de congoja ante muchas de las situaciones descritas.
Realmente “Arrugas” es un cómic que se lee con los
ojos, pero lo que sientes es a través del corazón. A más de uno, se le pueden
empañar los mismos, viviendo emociones a flor de piel. Por eso, Paco Roca se
merece un reconocimiento por saber acompañar estas sensaciones junto a dosis de
buen humor y personajes entrañables.
En cuanto al dibujo, el autor realiza unas planchas
realmente bellas, con un tono ligeramente caricaturesco pero no exageradamente
deforme y sin que dé lugar a una obra paródica.
Las páginas de la obra destilan belleza plástica,
contando con un estilo aguado y con unas páginas con cierto tono otoñal (clara
simbología del contexto de tercera edad que es el eje de este tebeo). A
destacar también el enorme nivel de la narrativa visual de Roca.
En conclusión, es imprescindible el leer “Arrugas”,
una Novela Gráfica que debería estar en toda biblioteca y estantería que se
precie. Deja en el lector un poso con sensaciones encontradas y agridulces, su
buen humor hace que el impacto conseguido sea aún más logrado. Una Obra
Maestra.
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