A las buenas. Hoy, debido al día tan especial que es, viene ni que pintado (nunca mejor dicho) para hablar de “Marvels”, lectura por lo menos obligatoria si eres fan del Universo Marvel. Que leches, obligatoria si eres fan a secas del cómic en general.
Como sabe todo fan comiquero que no haya estado los últimos tres lustros con la cabeza escondida debajo de una piedra, Marvels es una serie limitada de 4 prestigios, la cual fue publicada por la editorial de casi el mismo nombre durante 1994 en los USA, encontrándose realizada por Kurt Busiek al guión y por Alex Ross al dibujo.
Marvels es un repaso a lo largo de la historia del universo de ficción en el que se ambienta desde los años 40 hasta la muerte de Gwen Stacy, pasando por acontecimientos vitales como el odio hacia los mutantes, la primera llegada de Galactus a la Tierra o la boda de Reed Richards y Sue Storm. Todo ello contando desde el punto de vista de Phil Sheldon, un fotógrafo fascinado por los superhéroes, a los que él denomina “prodigiod” (Marvels en inglés).
Esta obra es uno de esos comics que se puede leer y releer muchas veces, siempre encontrando algo nuevo en ella. En su momento, a mediados de los noventa, supuso toda una novedad y un soplo de aire fresco en el mercado. En una época en la que lo que triunfaba era lo oscuro y la imagen por encima del guión, este tebeo nos devolvió el sentido de la maravilla y de la luminosidad de los héroes.
Lo más pintoresco, es que aportó el importante factor humano a una historia en la que devolvió la grandeza a los “prodigios”. Ese es un detalle muy importante. Una de las grandes aportaciones de Busiek al género fue el enfoque del punto de vista del hombre de la calle frente a los sucesos asombrosos que acontecían al Universo Marvel. Ese fue un excelente vehículo a la hora de trasmitirnos una nueva visión del género. De acuerdo en que otros comics anteriores como Wachtmen, pienso por ejemplo en el número del psiquiatra, pero mientras que dicho cómic lo hacía desde una perspectiva realista y/o pesimista, fue Marvels la que lo hizo para convertir a los personajes en una especie de dioses modernos.
Busiek realizó un trabajo exquisito, dotando de humanidad a Phil Sheldon protagonista y al mismo tiempo espectador de la historia. Especialmente se encoge el alma al leer el segundo número, cuando SPOILER se da cuenta de que la mutante que acoge en su casa es una niña pese a todo y al volver a su hogar ve que esta se ha marchado FIN DEL SPOILER.
Además, pese a que los fans marvelitas pudiésemos conocer la historia de carrerilla de los acontecimientos que sacudiesen sus orígenes y años dorados, pero Busiek supo como contarlos para que nos pareciesen nuevos, frescos y sorprendentes. Uno ya sabía el desenlace que iba a tener el argumento relacionado con Gwen Stacy, pero eso no quitaba ni un ápice de interés y de emotividad a su aparición en la serie.
Por no hablar del dibujo, toda una obra de arte de Alex Ross. Si bien en España ya estábamos acostumbrados a contemplar “pintados” a los personajes de Marvel gracias a las portadas que artistas como López Espí realizaron para Vértice, fue toda una novedad para el grueso de la industria, el encontrarse un estilo así de realista y pictórico. Para más inri, no sólo es que cada viñeta estuviese repleta de detalles y de minuciosidad, es que encima la narración es un autentico portento. No serían pocos los dibujantes que a partir de este punto intentaron imitar la técnica de Ross, aunque no cabe duda de que esté siempre fue el maestro.
Otro detalle a remarcar es que el dibujante realizo múltiples homenajes a diversos actores y actrices, usando su rostro e imagen para caracterizar varias figuras de la obra.
En resumen, ser fans de los cómics y no haber leído Marvels es algo imperdonable. Así que a celebrar este 50 aniversario de la editorial dedicándose a repasar su historia, por lo menos sus primeros años, leyendo este portento del cómic.
Marvels es, por guión y dibujo, una auténtica joya, una obra maestra del arte que debería ser de obligatoria lectura hasta en los colegios. Y desde luego, el dibujo de Alex Ross es de escándalo. Pero de escándalo.
ResponderEliminarComo mínimo, es la Biblia de los Marvelitas. O debería serlo :)
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