Si hace ya bastante tiempo comente que la lectura del primer tomo de Iron Man: Legado me había defraudado, ha ocurrido el caso contrario con el segundo y último volumen de la colección. Este tomito editado por Panini en Diciembre de 2011, titulado “Revolución Industrial”, va a ser el objeto del post de hoy.
El material contenido son los números 6 a 11 de Iron Man: Legacy, publicados por Marvel en los USA entre Noviembre de 2010 y Abril del 2011. Los autores de la obra son Fred Van Lente al guión y Steve Kurth al dibujo.
El argumento nos sitúa alrededor del número 188 USA de Iron Man. En esos tiempos, justo tras la segunda crisis alcohólica de Tony Stark, James Rhodes era el portador del manto de Iron Man. Pero no penséis que veréis una aventura del actual Máquina de Guerra en sus tiempos como vengador dorado. Aquí Tony Stark ha recuperado la sobriedad y pese a no recuperar todavía su identidad de Iron Man no le faltan recursos, como podréis comprobar en este arco en el que viaja a Los Angeles y se tiene que ver las caras con ciertos villanos que resultarán muy familiares a los lectores de Runaways.
El guión tiene multitud de referencias al pasado, tanto a la época de la serie de Iron Man en la que se ambienta la historia, como del Universo Marvel en general. No hay más que ver esos cameos de personajes como los Illuminati en plena acción o los antagonistas a los que he hecho referencia en el párrafo anterior, además de otros muy habituales por la serie del Capitán América en la época contemporánea a esta aventura.
Pues bien, no sé si será por la premisa de la historia (metida de lleno en la época en la que empecé a leer comics de superhéroes), porque iba con las expectativas bajas debido a lo poco que me gusto el volumen anterior, porque Fred Van Lente se ha puesto las pilas en este relato o porque el 2012 es un año bisiesto, pero he de decir que he disfrutado como un cosaco con la lectura de este tomito.
Las virtudes del guión son abundantes, empezando con una clara ubicación cronológica de la historia, cosa que no sucedía en el tomo anterior, y detalle que es fundamental si quieres contar un relato ambientado en el pasado de un personaje. Pero no sólo eso, sino que el guión destaca por no decaer el ritmo en ningún momento, ofrecernos alguna que otra sorpresa y regalar al lector grandes dosis de entretenimiento. Como única pega, se puede decir que la caracterización de Tony Stark me chirría en ciertas ocasiones, pero como la historia es tan entretenida y disfrutable, se lo perdonaremos a Van Lente.
Sobre el dibujo, he notado también mejoría con respecto al primer tomo de la serie. No es que Kurth vaya a ser ahora un fan favourite, pero por lo menos cumple sobradamente con unas planchas muy bien narradas, detallistas y espectaculares. Si acaso demasiado oscuras y sombrías para el protagonista de la historia, pero me da a mí que eso es cosa del colorista.
Como un seguidor acérrimo del cabeza de lata, me encantan cuando se cuenta una buena historia acerca de él. Sin que “Revolución Industrial” sea ninguna obra maestra ni muchísimo menos pero sí que es muy recomendable para marvelitas de pro y por, supuesto, para todos los fans de Iron Man. Una pena que se cancelase esta colección en los USA justo cuando empezaba a despegar.
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