A las buenas. Pues miren ustedes que hoy voy a repescar por aquí una curiosidad de DC que espero que sea de vuestro agrado. ¿Habéis oído hablar del proyecto de una serie titulada “Supergirls” y que el guionista Peter David quería escribir?Si, si. “Supergirls”, en plural. No “Supergirl”.
Vayamos a contar las cosas desde el principio. Como muchos sabréis, Peter David se ocupo de escribir la serie de Supergirl durante 75 números, acompañado de dibujantes del calibre de Gary Frank, Leonard Kirk o Ed Benes,
Esa etapa se puede encontrar, por tiempo limitado, en la serie de “Universo DC: Supergirl”, la cual constó de cuatro tomitos. Si no la habeis leído, ya estais tardando en correr a la librería para haceros con ella, ya que es sin duda alguna uno de los mejores trabajos de David, y eso es decir mucho. Bajo una perspectiva con el sarcasmo que caracteriza al guionista y su habitual socarronería, logró dar vitalidad e interés a un personaje de segunda como era la 2Supergirl/Matrix” creada por Byrne y eso es decir mucho.
Aún más, consiguió que propios y extraños consiguiesen en convertirla en todo un éxito de la critica, remozando el concepto de una Supergirl “ectoplasmatica” y mezclándola en un ambiente de ángeles y demonios, que le sentó a la colección como un soplo de aire fresco. Nótese que no me extiendo mucho sobre la tematica, ya que esos tomitos me apasionaron tanto que recomiendo efusivamente su compra para saber que va el tema.
Lamentablemente, pese a que las criticas y las reseñas fueron en su mayoría buenas, la serie empezó a sufrir un descenso de ventas alrededor del nº 50 de la colección. Supergirl seguía siendo una serie más que recomendable, pero una larga subtrama enfocada en la búsqueda de Supergirl por parte de Linda (¿intrigados?) hice que las ventas descendiesen en demasía. Tanto, que la colección quedó herida de muerta.
“Para lo que me queda en el convento, me cago dentro”, debió de pensar Peter David. Con los buitres de la cancelación pululando por Supergirl, el escriba se saco de las manos una historia en la que llegaba a nuestro planeta nada más y nada menos que la Supergirl original, la pre- Crisis. De verdad de la buena. En un giro inesperado, el guionista se las apañó para unir a las dos encarnaciones del personaje, en una de las mejores historias de la chica de acero que he leído jamás.
En verdad David le tomó el pulso a esta historia, logrando una caracterización sublime de sus protagonistas, por no mencionar unos guiones llenos de sorpresas y, sobretodo de diversión. Para animar más el cotarro, DC tuvo la genial idea de subir la apuesta encargando a Ed Benes como dibujante de la saga en cuestión. Todo un acierto, teniendo en cuenta la espectacularidad del artista, lo cuidado de su trabajo y , ¿por qué no decirlo?, su habilidad especial a la hora de dibujar mujeres hicieron de él el candidato del público.
Todos estaban encantados. Las ventas de Supergirl subieron como la espuma (llegándose a hacerse varias ediciones de esos ejemplares), las críticas fueron excelentes… Tanto fue así que a Peter David se le paso por la cabeza un descabellado plan que podía llegar a funcionar:
El guionista quería convertir la asociación de ambas Supergirls (la Precrisis y la Postcrisis) en algo permanente. Es más, sus planes pasaban por traerse a la serie a Power Girl. Incluso bromeó con la idea de cambiar el nombre al título y que este pasase a ser “Blond Justice” (Justicia Rubia). Nótese el juego de palabras con “Young Justice” otra serie DC guionizada durante esa época por David.
Bromas del autor aparte, sí que es cierto que se barajó añadir una “S” al nombre de la colección, pasando a ser “Supergirls” la cabecera. Los protagonistas hubiesen sido las dos mencionadas Supergirls (valga la redundancia), Power Girl y Mary Marvel (quien ya había pasado por la colección en calidad de estrella invitada). Al parecer formarían un nuevo supergrupo compuesto exclusivamente por mujeres.
Pero en un giro editorial, todo esto se fue al garete. Pese a remontar las ventas considerablemente DC decidió cerrar Supergirl en el número 80, precipitando las cosas y dando un final distinto a la idea de David, que cerraba las tramas de las dos chicas de acero. Los motivos son que Joe Kelly tenía previsto introducir a una nueva Supergirl (una hija de Lois Lane y Clark Kent de un futuro alternativo) llamada Cir – El. Como no querían confundir a los lectores, optaron por cerrar el titulo de Peter David.
No se volvió a ver a Linda Lee (nombre civil de la Supergirl de David) por ningún cómic, pero se rumoreó bastante tiempo que seria la protagonista de “Fallen Anggel” (otro trabajo de Peter David). Paradójicamente, después del fracaso que fue Cir-El) se remozó trayendo de vuelta a una Supergirl (Kara) que bebía de los orígenes de la Precrisis, demostrando que nuestro divagante guionista tenia razón al querer recuperarla.