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30 abr 2013

IRON MAN: EL DEMONIO EN UNA BOTELLA


A las buenas. No serán pocos aquellos a los que tras el visionado de Iron Man 3 se le avive el apetitito de leer comics del personaje. Así que para poder, en la medida de mis posibilidades, orientar acerca sobre que material buscar, voy a permitirme el lujo de reseñar “Iron Man: El demonio en una botella”.




Este volumen perteneciente a la línea Marvel Gold fue publicado por Panini en el 2010, conteniendo los números USA 120 a 128 USA de The Invincible Iron Man. Estos episodios fueron editados por Marvel Comics entre Marzo y Noviembre de 1979.
El equipo creativo es de los que marcaron una época. David Michellinie y Bob Layton se ocuparon del guión, mientras que John Romita Jr. y Bob Layton (de nuevo) se encargaron del dibujo, aunque Carmine Infantino ilustró uno de los números USA aquí incluidos. Para que os hagáis una idea la importancia de esto autores en la serie es comparable a la de Walter Simonson en Thor o a la de Frank Miller en Daredevil.
Una cosa que quería decir antes de profundizar más en la reseña es que este mismo mes de Abril del 2013 Panini ha puesto a la venta el volumen “Iron Man: A merced de mis amigos” que incluye los números inmediatamente anteriores a los de este tomo. Es más, ya anuncio que Panini va a ir reeditando en Marvel Gold con una periodicidad bimestral toda la étapa de estos autores, así que miel sobre hojuelas. Eso sí, haceos ya con este tomo de “El demonio en una botella”, que no lo van a reeditar y se intercalará entre en el ya mencionado de “A merced de mis amigos” y entre el que sería el tercer tomo de la colección, “El demonio interior”.
Pasando ya al tajo, en el tomo aquí reseñado tenemos el primer encuentro entre Justin Hammer y Tony Stark. Pero ese no es ni mucho menos el peor enemigo al que el hombre tras la máscara de hierro va a tener que hacer frente: su adicción al alcohol va a ser el peor de sus demonios.
En efecto, estos tebeos supusieron un paso adelante en una doble vertiente. Para empezar, hay que tener en cuenta el contexto en el que se fueron publicados. Si bien ya se había tratado el tema de las drogas en el mundillo con casos tan notorios como el de Harry Osborn o el de Roy Harper, está era la primera vez en la uno de los principales personajes de una editorial se daba de bruces en su propia colección de cómics con un problema tan típico del mundo real como es la adicción a una sustancia. (Tened presente que por mucho que los apreciemos, Osborn y Harper son personajes secundarios). Así que podéis apostar estar seguros que el hacer tan humano y dotar de pies de barro a uno de sus principales protagonistas, Marvel logro un hito en la historia. Imaginaos a finales de la década de los setenta lo chocante que sería para un padre que compra un cómic para su hijo descubrir que el héroe que lo protagoniza tiene un problema con la bebida. Tebeos como estos son los que hicieron evolucionar al medio.
Y por otro lado, los autores aportarían una de las principales características que quedarían asociadas ad eternum para el personaje de Tony Stark. Desde ese momento, el que es un alcohólico es uno de los rasgos más definitorios y trascendentales de Iron Man. No el único, ni muchísimo menos, pero sí que es una de las capas por las que se define más notoriamente. De una forma u otra, el alcoholismo ha estado ligado desde entonces a la leyenda de Iron Man. Por cierto, que el episodio 127 USA, el que da título al tomo, fue galardonado en los USA con múltiples premios. Y no es para menos.




Pero no únicamente por el tema del alcohol estos cómics son magistrales. Por un lado tenemos un dinamismo sin igual y unas trepidantes historias repleta de acción en los que este equipo creativo redefinieron la galería de supervillanos de Iron Man (no os perdáis la monumental batalla contra una horda de enemigos, con la que demostró que el hombre de hierro es uno de los héroes más poderosos de Marvel) y encima le añadieron creaciones nuevas a las que enfrentarse, como por ejemplo el Justin Hammer que he mencionado antes. Nada que ver con el de la segunda película del latas, por cierto. El de los tebeos es una amenaza a tener en cuenta.
Además, aportaron un tono más adulto para la serie, metiendo más en la psique de los personajes. Hasta el momento, y mirad que me parece de mis preferidos, Tony Stark había sido un sosainas. Pues sin llegar a niveles de socarronería y frases hilarantes de otros guionistas como Mark Millar o Bendis, Michellinie y Layton le dieron un poco más de vidilla y estilo. Me atrevería a decir que Iron Man alcanzó la edad adulta con estos tebeos.
No olvidemos también que aquí vamos viendo como se desarrollaron los personajes secundarios de nuevo cuño que crearon los autores al aterrizar en Invincible Iron Man: Bethany Cabe, James Rhodes, Bambi Arbogast, etc. Si bien es justo decir que fueron presentados en el volumen cronológicamente anterior, el de “A merced de mis amigos”, aquí es cuando va adquiriendo más carisma y se hacen verdaderamente interesantes.
En cuanto al dibujo, pocos artistas se complementan tan bien como Romita Jr. y Layton. Esta fue una de las primeras colaboraciones regulares del primero, y desde luego dio el do de pecho. Todavía no había adquirido la tendencia a dibujar formas cuadriculadas de la actualidad, sino que era un dibujante con más tendencia a los ángulos. Os recomiendo que peguéis un vistazo al tomo y flipareis. Pese a que se traten de añejos cómics de hace más de treinta años, vais a asombraros de los modernos y espectaculares que parecen, eso os lo garantizo. Nunca he visto armaduras mejor dibujadas, compaginadas con unas escenas de acción de lo más espectaculares. Encima, Layton pone el toque de gracia, rematando la faena con un toque de elegancia y sofisticación. Esta es la versión definitiva de Iron Man.
En conclusión, estos cuadernos son quintaesenciales tanto en lo referido a Iron Man, como a Marvel y hasta me atrevería a decir que para la historia del cómic en general. Lo que es evidente es que no deben faltar en la estantería de ningún fan Marvel que se precio de verlo. Muy recomendados es decir poco.



24 abr 2013

LOS VENGADORES: EMPERADOR MUERTE


A las buenas. Durante el tiempo en que este blog estuvo “de vacaciones” fueron publicándose o reeditándose cómics a los que merece mucho la pena pegarles un vistazo. Hoy vamos a hablar de una obra que no pude faltar en vuestra colección: Emperador Muerte, guionizada por David Michellinie y dibujada por Bob Hall.




 
Esta Novela Gráfica ha sido reeditada en España por Panini en Febrero del 2013, conteniendo la Marvel Graphic Novel Nº 27, publicada por Marvel durante 1987. Hay que tener presente que en la década de los ochenta, Forum ya edito la Novela Gráfica dentro de un especial de la serie “Marvel Héroes”. Aunque es muy cierto que la actual reedición de Panini es muchísimo mejor que la de Forum, tanto en formato, como en color y en tipo de papel empleado. Vamos, que incluso si poséis la edición Forum (como es mi caso) es más que recomendable hacerse igualmente  con la de Panini.
¿Qué nos cuenta está Novela Gráfica? Pues nada más y nada menos que una historia que mucho lectores creíamos que jamás veríamos: La conquista del mundo por parte del Doctor Muerte. Y advierto que no se trata de una realidad alternativa, ni de un sueño, ni de una historia imaginaria. Es la conquista del Universo Marvel por parte de uno de los peores villanos jamás creados. El lector que haya leído esta sinopsis y no arda en deseos de leer la obra, no tiene sangre en las venas.
Así las cosas, una vez que el Doctor Muerte se haya hecho con el poder mundial, la Tierra vivirá uno de los periodos más relevantes de su existencia… pero, ¿Será para bien o para mal? ¿Alguien tiene la legitimidad moral de derrocar al nuevo Emperador del Mundo? Estás preguntas y muchas más serán tratadas en esta historia. Aunque no necesariamente sus respuestas.
Antes de nada permitidme que le ponga una única pega a “Emperador Muerte”. Para tratarse de un cómic en que el Doctor Muerte logra uno de sus sueños más ansiados, me parece un fallo el que no aparezca ni Reed Richards ni ninguno de los 4 Fantásticos en todo el tebeo. No me negareis que hubiese un gran aliciente ver la reacción de Reed, la archinémesis de Muerte, ante esta situación y algo menos que obligado. Pues ni aparece, ni se le menciona siquiera con la excepción de un flashblack contando el pasado de Muerte. Eso sí, tened en cuenta que es el único “pero” que se le puede encontrar a esta pequeña joya.
Y la llamo joya muy merecidamente. Desde el principio el guión te engancha de mala manera. Si coges este cómic hasta que no te lo leas entero no te lo vas a soltar de lo que atrapa. Tiene muchos puntos positivos, tanto por ser una gran lectura que induce al pensamiento y a la reflexión como por ser una gran epopeya superheroica. Esto sí que es todo un dos por uno.
Como ya he adelantado antes, se plantean grandes cuestiones morales a lo largo de “Emperador Muerte”. Muchas de ellas relacionadas con los derechos y las libertades. ¿Es preferible  vivir una Edad Dorada aún a costa de la libertad de acción y de pensamiento? ¿Aquellos que intenten detenerlo pasarán a la historia como los que le han hecho a la humanidad el mayor favor de todos los tiempos o los que le han causado el peor de los castigos? ¿Merece la pena el control total si nadie se opone a tus actos? No seré yo quien responda a estas cuestiones. E insisto en que muchas de ellas tampoco las responde el cómic que estoy reseñando. Pero si que las plantea y de forma muy inteligente deja que sea el lector el que decida por él mismo la respuesta. Ya digo, esta es una Novela Gráfica que pide que el leyente se involucre en ella. Muy en la línea del Escuadrón Supremo de Mark Gruenwald.





Cuestiones filosóficas y sociológicas aparte, el guionista es un viejo zorro en el arte de escribir cómics y eso se nota. Michellinie cumple de fábula al escribir unos Vengadores que dan gloria leerlos. Son los personajes de toda la vida, comportándose y hablando como tales, nada de versiones descafeinadas. Lo mejor de todo es que el escritor es plenamente consciente de los actos que realizaría cada uno de los protagonistas y sabe muy bien que tecla tocar a la hora de darles vida. A destacar ese Iron Man dubitativo (la debilidad de Tony Stark a la hora de mantener el control o de permitir que otros lo controlen fue una constante del personaje en manos de guionistas como el propio Michellinie o de Kurt Busiek años más tarde), el orgullo y la planificación del propio Doctor Muerte o las decisiones tomadas por Ojo de Halcón son algunos muy buenos ejemplos de lo que digo. La pena es que Reed Richards o los 4 Fantásticos no aparezcan también en la función, pero no se puede tener todo en esta vida…
En cuanto al factor superheroico, pues va también muy bien servido. Tiene intrigas por doquier, las dosis adecuadas de acción y el lector no se va a aburrir en absoluto. Muy al contrario, entre reflexiones varias y acción trepidante, se lo va a pasar mejor que un niño en un parque de atracciones.
Yendo a valorar la parte del dibujo, pues Bob Hall no lo hace nada mal tampoco. Es un dibujante de corte clásico que a mi se me antoja una mezcla entre Sal Buscema y Klaus Janson. Aunque advierto que se trata de una simple opinión personal. En todo caso, es un autor que narra muy bien, sus versiones de los personajes son clásicas y a la vez atemporales y se permite hasta lucirse en alguna escena de acción. No se puede pedir más.
Como conclusión, dejadme que os digo que es una Novela Gráfica que os recomiendo de todo corazón y que no va a defraudar a nadie. Yo me la releo de vez en cuando y no ha perdido ni un ápice a lo largo de los años. Es más, ha ganado virtudes con cada nueva relectura. “Emperador Muerte” es una obra que hay que tener y disfrutar si o si.